Son ya catorce años de la muerte de William Paul Borsey Jr. aka Willy Deville, cantante normalmente relacionado con el rock and roll y la cofradía del tupé, que sin embargo fue en realidad un gran cantante de R&B blanco.
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No quisiéramos olvidar la magia de Willy DeVille. Casi sin dinero, con tan sólo 58 años, víctima de un largo cáncer de páncreas, nos dejó una especie de gitano, con acento latino, un irreverente seductor de raíces exóticas, inteligentes, únicas.
Falleció en plena resaca de la muerte de Michael Jackson, detalle que oscureció un poco su marcha aunque no a los niveles del viejo cantante de los Seeds, Sky Saxon, que fue llamado por la parca justo el mismo día que el rey del pop.
Quizá lo sentimos más, porque nos unía una cariñosa amistad, gracias a Nacho Escola, que fue su patrocinador en España, con su sello Tabata, cuando Willy ya no era la estrella que trabajaba con Mark Knopfler.
Incluso gracias a Escola, Willy fue un triunfador, con otra maravillosa versión del clásico ‘Hey Joe’, que conocíamos sobre todo por Jimi Hendrix. Y sin olvidar ‘Demasiado corazón’. Es curioso como Willy fue considerado un “apuntado” a la moda latina cuando la canción fue un éxito muchos años después, cuando lanzó su exitoso disco en directo, cuando Willy fue un precursor. Su música siempre tuvo la pizca, el pellizco latinos, desde el descarado y extraordinario “Spanish Stroll” de 1977.
En los años del punk neoyorquino Mink Deville era un grupo aparte, no tenían casi nada que ver con Blondie, Talking Heads o Dictators. Lo que quería recuperar Willy eran las canciones de Phil Spector, el glorioso R&B de los años 50- primeros 60’s y los aires latinos de los guetos portorriqueños neoyorquinos, como si fuera un chulesco personaje de “West Side Story”. Todo eso aderezado de una gotas de sus admirados Bob Dylan, Van Morrison o Lou Reed.
Luminarias como Doc Pomus o Jack Nitzsche se dieron cuenta en seguida de que tenían un diamante en bruto, el perfecto heredero de toda una tradición y una forma de entender las canciones.
Mick Jagger no tuvo más remedio que ponerse a bailar cuando Nitzsche (que estaba retirado de la producción y regresó a ella cuando conoció a Willy) le puso en su despacho una demo de la balada “Mixed Up Shook Up Girl”, según contó Ben Edmonds:
“Jack (Nitzsche) puso una cinta para mostrarle su trabajo actual. Jagger escuchó un par de canciones con educado desinterés, asintiendo con aprobación a “Cadillac Walk”. Pero cuando “Mixed Up, Shook Up Girl” se filtró a través de los monitores, Jagger saltó inmediatamente de su asiento y comenzó a balancearse siguiendo el medio tiempo agridulce de la canción. Bailaba con una gracia que rara vez se ve en sus representaciones teatrales en directo, envuelto en la música y ajeno al resto de nosotros en la habitación … No podría haber sido más perfecto ni aun habiéndolo soñado”.
Y no sería de extrañar que Dylan hubiera dejado escapar un suspiro al escuchar esa mezcla perfecta entre su música y la de Spector que es “Just Your Friends”. Además es bien conocida la querencia del de Duluth por lo latino, más en concreto por lo mejicano.
Cuando Willy triunfó con aquel “Demasiado Corazón” a principios de los años 90 se elevaron algunas, injustas, voces acusándole de oportunismo. Pocos sabían que esa ya era una vieja canción suya contenida en el LP de 1983 “Where The Angels Fear To Thread”.
Aquellos Mink Deville parecían a veces una versión “económica” de Bruce Springsteen, y eso era así por el punk. El Boss, de haber grabado en 1977 su primer álbum, no hubiera abusado del minutaje como en sus primeros discos, las canciones hubieran sido distintas, más breves y de acuerdo con los nuevos tiempos.
Al parecer Willy en los años del punk era poco menos que intratable, 100 % tarambana, un chico de la calle con una “misión musical” que cumplir. No hizo muchas migas con los modernos del CBGB o del Max´s Kansas City (hay fotos en las que sale amigable con Alan Vega) en general los despreciaba olímpicamente. Y odiaba que le considerasen un punk.
Willy Deville decía que la ciudad de Louisiana está transitada diariamente por ángeles y demonios. Era la clase de persona que hubiera intentado sacar a Ylenia Carrisi de los infiernos de Nueva Orleans de haber llegado a topar con ella.
Un macarra y un hortera de corazón de oro.
3 comentarios
Gran artículo Julian, gracias por acordarte de uno de los grandes.