Un bajo de Paul McCartney se ha vendido en una subasta el pasado fin de semana por 496,100 dólares (440,703 euros) rompiendo el récord mundial del bajo más caro de la historia.
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El bajo Yamaha BB-1200, que McCartney usó en el estudio y en gira con Wings batió el récord anterior de 384,000 dólares establecido por un bajo Fender Mustang de 1969 de Bill Wyman de The Rolling Stones, vendido el año pasado.
La subasta fue organizada por The Edge de U2 y el productor Bob Ezrin para su organización benéfica Music Rising, “para beneficiar a los músicos en el Golfo Sur después de la devastación que la pandemia de COVID-19 ha causado en los músicos y las comunidades musicales”.
Artistas como U2, Elton John, Pearl Jam, Rush, Tom Morello, Joan Jett, Bruce Springsteen, Lou Reed, Kings Of Leon, Johnny Marr, Green Day, Radiohead y Win Butler de Arcade Fire también donaron instrumentos a una increíble subasta que recaudó más de 2 millones de dólares.
El bajo de McCartney no fue el único instrumento que rompió récords durante la noche. La Lake Placid Blue Fender Telecaster de Eddie Vedder, que el músico había destruido durante un concierto, se vendió por 266,200 dólares, lo que la convierte en la guitarra rota más cara jamás vendida en una subasta.
Hablando sobre el evento, The Edge dio las gracias a todos:
“Queremos agradecer a todos los involucrados en esta increíble subasta, incluidos los artistas que generosamente entregaron sus instrumentos personales y los postores de todo el mundo que nos ayudaron a batir récords mundiales”.
“Las ganancias que obtuvo Music Rising ayudarán a que la música en vivo vuelva a la vida en una parte del país cuya cultura musical ha sido enormemente influyente en el mundo. Estamos en deuda con todos los partidarios de Music Rising que nos han brindado una gran oportunidad para volver a nuestras raíces y ayudar a los músicos que lo necesitan”.
Ezrin agregó: “Estamos muy agradecidos con todos los artistas, seguidores y postores que ayudaron a hacer de Guitar Icons una subasta para los libros de historia. Los músicos de Nueva Orleans son los custodios de una herencia musical única, transmitiéndola de generación en generación e influyendo en tantos géneros musicales que disfrutamos”.
“Las ganancias de esta subasta ayudarán a los músicos de la región que sufrieron económicamente esta pandemia”.