Talking Heads nunca hicieron las cosas como se suponía. Así que un álbum en directo no debía hacerse según las reglas habituales.
Gracias a las emisiones en televisión de “Burning Down the House” a lo largo de 1983, su quinto álbum, Speaking in Tongues le dieron a la banda la influencia comercial para embarcarse en su gira más grande y ambiciosa.
Además del cuarteto principal del cantante y guitarrista David Byrne, el baterista Chris Frantz, el tecladista Jerry Harrison y la bajista Tina Weymouth, a los Talking Heads se les unieron en el escenario otros músicos, entre ellos el alumno de P-Funk Bernie Worrell en los teclados, Alex Weir en la guitarra y Lynn Mabry en los coros, un movimiento que no solo hizo que las canciones fueran más grandes, sino también mejores.
Mientras actuaban en el Pantages Theatre de Hollywood en diciembre de 1983 con tres noches de actuaciones , el futuro ganador del Oscar u henial Jonathan Demme ( El silencio de los corderos , Filadelfia ) estuvo allí para dirigir con un equipo de cámaras para filmar los programas. Queria algo especial.
El resultado con Demme acabçó siendo una de las películas de conciertos más electrizantes jamás realizadas. Lanzado el 15 de octubre de 1984, Stop Making Sense cambió el género al revés, manteniendo las cámaras en su mayoría estáticas y enfocadas en el escenario, con poco énfasis en primeros planos, solos e iluminación elegante. No necesitaba nada de eso con actuaciones tan dinámicas.
Así que Talking Heads habían trascendido a un nuevo status de banda de culto. sobre todo con Stop Making Sense es un momento de creación de estrellas, especialmente en la pantalla, donde los movimientos de baile nerviosos de Byrne y el traje de gran tamaño convirtieron al público desprevenido en un art-funk brillante y sorprendente . Pero es la música, como las versiones excepcionales de “Girlfriend Is Better” y “Once in a Lifetime”, también lo que lo impulsa a la película.
Y ahora es un absoluto clásico , algo imprescindible de ver: