THE LIBERTINES: recomendaciones
Ayer informábamos en Plásticos y Decibelios del bochornoso concierto, en lo que a Seguridad y comportamiento de parte del público respecta, de los Libertines en el British Summer Time de Hyde Park este fin de semana.
Cuando empezó a tocar el grupo se produjeron avalanchas con el resultado de un montón de gente aprisionada, aplastada contra la barrera que separaba al grupo del público. Además, algunas personas se subieron a las torres y plataformas de sonido, mientras otros se dedicaban a tirar petardos y encender bengalas. El resultado fue de 30 personas heridas leves y 10 trasladadas al hospital. Hubo suerte, puede decirse que al final casi no pasó nada, pero el concierto pudo acabar fácilmente en tragedia.
Hoy se ha conocido que un fan de los Pogues que sufrió un ataque al corazón durante el concierto del grupo de Shane McGowan, teloneros de Libertines, está buscando al espectador que le salvó la vida.
Andrew Plank sufrió un ataque al corazón y fue salvado por un extraño que le realizó una resucitación cardiopulmonar y avisó a los médicos. Los Libertines pararon su concierto y rogaron a la audiencia que dejaran llegar a los médicos al lugar donde estaba Andrew, que fue recuperado con un desfibrilador. Ahora, Andrew, de 46 años se recupera en el hospital de St. Thomas de Westmister, Londres.
Pero en realidad fue ese extraño el que salvó la vida de Andrew. Al parecer le practicó durante 10 largos minutos la CPR. Sin eso los médicos no hubieran podido hacer nada, se hubieran encontrado un cadáver.
Así lo ha comunicado el sobrino de Andrew. Lo tiene claro, y se lo ha querido dejar claro a los demás:
“Cuando escuchas las historias de terror del día a día en las noticias, es simplemente maravilloso saber que hay gente por ahí que se preocupa por los demás seres humanos. Nos gustaría darles las gracias, y hacerles saber que ellos son unas personas muy especiales y apreciados por nuestra familia “.
Sin embargo, Andrew no recuerda nada. Tan sólo, al despertar, preguntó por el paradero de su camiseta favorita de The Pogues. Los médicos tuvieron que rasgar la camiseta. ¡Eso es lo que más le fastidió a Andrew!