Para Rami Malek, convertirse en Freddie Mercury fue tan fácil como decir “Awlright”. Eso le dio el acento británico de la estrella y, lo que es más importante, les dijo a todos en el set de la película biográfica de Mercury “Bohemian Rhapsody “que estaba listo para interpretar al cantante de Queen.
“Todo el mundo en el set me escuchaba decir ‘Awlright’ y eso significaba ‘apúrate y muévete, vamos a hacer rock'”.
Malek también excavó la mente de la estrella para revelar que Freddie tenía un alma vulnerable y ansiosa, que trataba de no saber su nombre de nacimiento, Farrokh Bulsara, pero cuyo alter ego solo cobra vida al ser el centro de atención.
“Había algo bastante inestable en él.Tenía un lado tan compasivo, y anhelaba el sentido de comunidad, amor y compañía … pero de alguna manera hay un sentido de distancia”.
En las entrevistas, Freddie era famoso por la moda de la moda, y lo veía como una tarea, describiéndose a sí mismo como “un dandy” y “una prostituta musical” en lugar de revelar algo demasiado íntimo.
Con su muerte prematura relacionada con el sida en 1991, no había memorias ni diarios para vislumbrar sus pensamientos más íntimos.
Pero Rami investigó:
“Seguí buscando maneras en el hombre y luego me di cuenta, nos dejó un diario y está en todas las canciones”
Dos de los temas más reveladores fueron “Lily Of The Valley” y “You Take My Breath Away”, que son más tranquilos y más contemplativos que la confianza a prueba que desplegaba en” Don’t Stop Me Now” o “Another Bites The Dust”.
La película ya ha sido desplumada y maltratada por algunos críticos. De hecho, la película ha sido acusada de ocultar “el verdadero Freddie”. Pasa por alto sus excesos: el sexo, las drogas, las fiestas con camareros desnudos y enanos que llevan bandejas de cocaína en sus cabezas.
Brian May y Roger Taylor se preocuparon de que la historia fuera “lavada”, a pesar de centrarse en su esposa, Mary Austin, la homosexualidad cerrada de Mercury es una parte clave del guión de la película.
Y Rami enfatiza:
“No es un documental y nos tomamos libertades con la cronología, porque sólo teníamos dos horas para contar la historia”.