Bob Dylan había trabajado en 1965 con el director D. A. Pennebaker que capturó imágenes de su gira para su primera película «Don’t Look Back», estrenada en 1967. Dylan estaba contento con el resultado, quería repetir y a lo grande, a todo color.
Pero tras su accidente de moto en 1966, que retrasó la producción, Dylan pensó que la nueva película «Eat the Document», era demasiado parecida a la anterior (primera razón para criar polvo una temporada) y optó por editarla él mismo, a pesar de no poseer los suficientes conocimientos.
«No tengo a esta gente del cine en una posición demasiado elevada», le dijo Dylan al fundador de la revista Rolling Stone, Jann Wenner, en 1969.
«¿Conoces esa película «Don´t Look Back»? Bueno, eso manchó mi cara en todo el mundo. No recibí ni un centavo de esa película, ya sabes… Así que cuando la gente dice por qué no sales y trabajas, y por qué no haces esto y por qué no haces aquello, la gente no sabe la mitad de lo que muchos de estos productores y nete así, abogados, hacen… No saben la mitad de esas historias».
Ayudado por el cineasta Howard Alk, Dylan montó finalmente una versión de «Eat the Document» demasiado desconcertante para la ABC, que financió el proyecto.
«¿En qué ciudad estamos? ¿Qué está pasando?», respondieron los ejecutivos de la cadena, que no entendían nada según Alk. ABC se negó a emitir la película porque creía que el público tampoco la entendería. Segunda razón para ser archivada.
Según Dylan:
«Es rápida para la vista. Tendría que dejar que la vieran por sí mismos, para pensar si es buena. No sé si es buena. Para mí, es demasiado rápida para el ojo… pero hay bastantes personas que dicen que es realmente buena. Johnny Cash sale en ella. John Lennon sale. The Band salen… Un montón de gente de las capitales europeas del mundo salen en ella».
Dylan reclutó a The Band en 1965 para que le acompañaran en su gira por Estados Unidos, y volvió a llamarlos en 1966. «Eat the Document» presentaba varias escenas de Dylan y el compositor y guitarrista del grupo, Robbie Robertson, escribiendo canciones en habitaciones de hotel entre concierto y concierto. Cash apareció haciendo a dúo con Dylan su canción «I Still Miss Someone».
Pero el fragmento más desconcertante del documental muestra a John Lennon, con Dylan ambos de resaca en el asiento trasero de un taxi en 1966.
«Estábamos los dos en sombras y los dos en la puta basura, y todos esos frikis a nuestro alrededor, Ginsberg y toda esa gente», recordó Lennon en su famosa entrevista con Rolling Stone en 1971. «Estaba muy ansioso».
Dylan quería que el beatle apareciera a toda costa en el documental, aunque fuera de ese modo delirante. Pero como ABC se negó a proyectar la película, «Eat the Document» permaneció sin tocar durante varios años y no fue accesible al público hasta 1972.
«Nunca la he visto, pero me encantaría verla», dijo Lennon.
«Siempre fui muy paranoico, y Bob me dijo: ‘Quiero que salgas en esta película’. Sólo quería que estuviera en la película. Pensé: «¿Por qué? ¿Qué? Me va a hundir». Pasé por esas cosas terribles. En la película, no hago más que parlotear y comentar todo el tiempo, como haces cuando estás muy colocado o drogado. Habíamos estado despiertos toda la noche. Nos hacíamos los listillos, era terrible. Pero era su escena, ese era el problema para mí. Era su película. Estaba en su territorio, por eso estaba tan nervioso. Estaba en su sesión».
Aunque desarticulada y poco ortodoxa, «Eat the Document» puso de relieve otro gran paso en la carrera de Dylan, con seguridad el más importante: su paso de cantante folk acústico a rockero eléctrico.
Este cambio hizo que muchos de sus fans originales se sintieran traicionados o decepcionados. Pennebaker consiguió captar el infame concierto de Manchester Free Trade del 17 de mayo de 1966, en el que un miembro del público le grita «¡Judas!» durante la parte eléctrica del espectáculo de Dylan con su respuesta:
«No te creo. ¡Eres un mentiroso!».