John Winston Lennon nació en Liverpool (Inglaterra) el 9 de octubre de 1940. Murió el 8 de diciembre de 1980 en New York, asesinado.
Lennon se involucró en la moda del monopatín cuando era adolescente. En 1956 formó los Quarrymen, que se transformaron en The Beatles en 1960. A veces se le conoce como “The Smart Beatle“, y al principio era el líder de facto del grupo, aunque algunos historiadores del grupo coinciden que poco a poco fue cediendo ese papel a Paul McCartney. Lennon no tardó en ampliar su trabajo a otros medios, protagonizando numerosas películas, como “How I Won the War”, y creando “Written It Myself” y “The Spaniard in the Works”, ambas con una escritura absurda y líneas de colección de arte.
A partir de “All You Need Is Love”, sus canciones fueron adoptadas como himnos nacionales por el movimiento antiguerra y la contracultura en general. En 1969, tras su salida de los Beatles, formó la Plastic Ono Band con su segunda esposa, la artista multimedia Yoko Ono, organizó una manifestación antibélica de dos semanas llamada Bed-ins for Peace.
El indiscutible líder de The Beatles no creía en Jesucristo, ni en Buda ni siquiera en Elvis, Dylan o los Beatles, pero tampoco en los iconos del tercer mundo, a los que despreciaba tiránicamente. Les llamaba los “santos muertos”.
Estimaba en pobre o nulo el valor de Gandhi, Martin Luther King o el propio Kennedy. Los llamaba también héroes muertos, porque decía que los verdaderos mensajes hay que lanzarlos todavía vivos, cuando se puede ser un apóstol para dar el autentico poder al pueblo.
John Lennon ha pasado como uno de los iconos del siglo XX, de la estatura de Gandhi, Martin Luther King o el propio Kenendy. Es decir, que se ha convertido en otro de los “santos muertos” que tanto odiaba.
Seguro que John Lennon se hartaría de la cantidad de panegíricos que escupimos justo en sus aniversarios.
Como cualquier ser humano, había otros John que apenas conocemos.
Justo cuando Brian Epstein le obligó a escribir una canción nueva en tan sólo una noche, porque los productores de la segunda película de los Beatles habían decidido cambiarle el nombre. Se llamaría ‘Help’! y él se lo tomó como un grito, un “s.o.s.”, porque se veía gordo, fatuo y no quería ni a Cynthia ni a su hijo Julian.
Como aquel John de un par de años después que estaba en viajes de ácido constantemente. Su compañero no era otro que John Dunbar, depresivo tras la fuga de su esposa Marianne Faithfull con el cantante de los Rolling Stones, Mick Jagger.
Para disimular, John siempre le decía Dunbar que sonriera, porque nadie hace preguntas a un hombre sonriente. Era una manera de tapar su personalidad de personaje paranoico.
Hay datos quizá desproporcionados de que quiso “matar” a su viejo compinche Paul Mc Cartney cuando anunció este que se separaba de The Beatles, cuando habían pactado silenciarlo. John Lennon no se conformó con escribirle ‘How do you sleep?’ (“¿Como puedes dormir?) en el álbum “Imagine”.
Está en el imaginario popular que gran parte de la culpa de las desavenencias entre estos dos grandes amigos de la infancia se debe a la intromisión de una Eva moderna, Yoko Ono. Haya cada cual con su opinión.
Un vehemente y novel revolucionario como John Lennon, en 1971, en su peor episodio con la heroína, en su “Cold Turkey”, conoció al revolucionario Malcom X. A John le parecía parte del “movimiento”, como un Fidel Castro, Timothy Leary o el propio Mao. A John se le ocurrió darle dinero para el I.R.A. Aunque Yoko Ono lo desmintió. Uno no puede entender como un “santo”, con la perspectiva actual, podía comportarse de esa manera. Las historias sobre su lado oscuro serían interminables.
Pero como sus compañeros del club de los “santos muertos” es el gran hombre en todos nuestros corazones. El hombre que escribió.
“Todo lo que necesitas es amor…”
“Dale una oportunidad a la paz…”
”Imagina un lugar sin banderas ni religiones …”.
Ese es la “luz” de John Lennon.