Tony Barrow, que trabajó como jefe de prensa de los Beatles, del año 1962-68, murió en su casa en Morecambe, Inglaterra. Había cumplido 80 años sólo tres días antes. Hoy hubiera cumplido 88 años.
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Nacido en el barrio de Liverpool de Crosby , en 1936, Tony Barrow, desde el año 1961, trabajaba para Decca Records para escribir artículos con seudónimo ,aunque colaboraba con el diario Liverpool Echo .
Brian Epstein se puso en contacto con él para que se encargara periodísticamente de los Beatles . Dado que el grupo no tenía todavía un contrato de grabación, se negó, pero sí ayudó a que los Beatles hicieran una maqueta , una prueba para la Decca, 1 de enero, 1962 . Algo que fue un desastre. Decca los rechazó.
Después de que los Beatles firmaran con Parlophone y lanzaran ” Love Me Do “, Epstein atrajo Barrow, ofreciendole el doble de lo que estaba ganando en Decca, para convertirse en un empleado a tiempo completo, trabajando no sólo en los Beatles, también con los artistas de Epstein como Cilla Black y Gerry y los Pacemakers.
Sus funciones incluyeron tareas tales como la creación de entrevistas, la creación de los dibujos animados en el folleto, doble Extended Play , es decir, el “Magical Mystery Tour “folleto y escribir las referencias en los primeros primeros discos , además de llevar la revista mensual de los Beatles.
Los flexi-discos que se envíaban los Beatles cada Navidad ,a partir de 1963 fue idea de Barrow, como una forma de pedir perdón a los miembros del club de fans, por no ser capaz de hacer frente a la acumulación de cartas de admiradores que recibían.
Fue en un comunicado de prensa donde se hizo su contribución más duradera de su historia, cuando acuñó el término “Fab Four” para referirse al grupo.”Los Cuatro fabulosos”.
Barrow dejó a los Beatles en 1968, un año después de la muerte de Brian Epstein, y formó su propia compañía de relaciones públicas, donde trabajó con los Kinks , los Monkees y los Jackson Five.
En 2005, publicó un libro de memorias con los Beatles llamado “John, Paul, George, Ringo & Me” . Le sobreviven su esposa, Corrine, y dos hijos.
Paul Mc Cartney escribió cariñosamente en el día de su muerte.