Ayer el álbum de debut de Moby Grape en 1967 cumplió 55 años, recordamos en PYD uno de los mejores discos del rock ácido californiano de los años 60.
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No tan conocidos para el gran público como otros paisanos contemporáneos (Doors, Jefferson Airplane, Byrds, Grateful Dead) el quinteto formado en 1966 en San Francisco dejó para la posteridad media docena de buenos discos entre 1967 y 1971, de los cuales “Moby Grape”, su debut, es la joya de la corona.
Fueron Skip Spence y Matthew Katz, respectivamente batería y mánager de los primerísimos Jefferson Airplane, los que fundaron Moby Grape a finales del 66 con Jerry Miller como guitarra de punteo, el batería Don Stevenson (ambos de The Frantics de Seattle) el guitarrista, e hijo de Loretta Young, Peter Lewis (ex The Cornells) y el bajista Bob Mosley (ex The Misfits de San Diego). Spence cambió en los Moby la batería por la guitarra.
Un verdadero grupo en el que todos contaban. Como The Band, todos los componentes de Moby Grape componían y cantaban. Como Buffalo Springfield era un quinteto especial, que contenía 3 inusuales guitarras eléctricas.
La nueva banda fichó por una de las grandes, Columbia, que escogió una exagerada estrategia de marketing para promocionar el extraordinario primer LP de Moby Grape.
No se les ocurrió otra cosa que lanzar el mismo día 5 singles conteniendo 10 de sus 13 canciones, generando entre la gente “in” una sensación de timo, de tufo mercantilista que no hacía justicia a las auténticas virtudes de los Moby. Aún así, cuando salió el LP recibió excelentes críticas y vendió bastante bien.
El álbum se grabó en apenas mes y medio (del 11 de marzo al 25 de Abril) en Los Angeles, producido por Dave Rubinson.
“Moby Grape” resultó ser una maravilla, el mejor que grabó nunca el quinteto.
Destacaba el portentoso sonido eléctrico, ácido y psicodélico – uno de los más conseguidos por un grupo de tres guitarras- de cortes como ”Fall On You”, “Omaha”, “Indifference” o el R&B ácido que abrió el álbum de un modo espectacular, ”Hey Grandma”, que más tarde se encargarían de versionar The Move en Inglaterra.
Pero Moby Grape hacían un poco de todo, tenían muchas influencias. Temas más tranquilos y folkies (“8:05”, “Someday”, “Naked, If I Want To”); la música negra de “Changes” o “Mr. Blues”; soul deudor de los Impressions de Curtis Mayfield (“Come in the Morning”); country rock (“Ain’t No Use”) y otros temas más inclasificables e igualmente interesantes como “Lazy Me” o “Sitting by the Window”.
Un disco denso y recio, pero variado, ágil y fluido. Una de las mejores cosas que dio la Costa Oeste en aquellos años de intensa creatividad.
El quinteto tuvo problemas con la portada del LP, por un inoportuno dedo índice de Don Stevenson sobre la tabla de lavar en la foto elegida. Primero lo taparon con una pegatina grande, después salió el disco con el baterista con la mano cerrada.
La banda estaba agotada cuando les hicieron la foto y Stevenson mostró a su manera su hartazgo en la sesión fotográfica. La cosa acabó censurada, con el dedo recogido y la bandera americana repentinamente negra.