En una nueva entrevista con VPR Rocks, el guitarrista de Jethro Tull, Martin Barre, se ha sincerado sobre el premio recibido por su banda en los Grammy de 1989 que, para muchos, fue un “robo” a Metallica, los grandes favoritos de aquella edición.
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El músico además ha explicado cuál es su gran arrepentimiento respecto a este asunto y echa la culpa de ello a la que era su discográfica en aquel momento.
La 31º gala anual de los Grammy de 1989 estuvo marcada por la polémica al combinar la organización las categorías de hard rock y heavy metal, creando un sólo premio para la Mejor Grabación de Rock/Heavy Metal. Metallica venía de publicar su gran éxito “One” como parte de ‘…And Justice for All’, y todo el mundo les reconocía como los grandes favoritos. Jethro Tull, por su parte, estrenaba el disco ‘Crest of a Knave’. Era una banda legendaria del rock inglés venida a menos.
Barre explica:
“La compañía discográfica no creía que lo consiguiéramos, nos dijeron que no teníamos ninguna posibilidad y que no fuéramos. Tenía muchas ganas de ir. Incluso como perdedor, quería estar allí. Así que tengo que decir que fue su error y su falta de confianza en la banda”.
Por supuesto, ganar un Grammy es un gran momento para cualquier artista y ahora Barre siente que haber hecho caso a la discográfica y haberse ausentado de la gala de premios fue un error:
“Qué vergüenza, porque el momento posiblemente más importante de mi carrera y quizá de la de Ian Anderson se perdió para siempre. No quedó bien que no estuviéramos allí. Quedó muy mal. Pero a pesar de eso, estoy orgulloso de ello y es algo muy, muy importante”.
“Es algo grande para mí porque esencialmente fuimos Ian, Dave Pegg y yo los que escribimos, arreglamos y grabamos ese álbum. Me siento una gran, gran parte de ello. Me atrevo a decir que me lo merezco”, añade Barre, bromeando: “¡Será mejor que no diga eso!”.
Para el guitarrista, ya en serio, la victoria de Jethro Tull en 1989 fue merecida, no tanto por el disco, sino por la lustrosa trayectoria de la banda, que, para él, requería de un reconocimiento formal.
“Pero no tengo ningún problema con la victoria porque para mí representa – no sólo representa un álbum, representa años y años de una banda poniendo algo en el sistema y creo que ese año, quienquiera que fuese, reconoció que necesitábamos un pequeño guiño. Y fue una buena elección”.
Pero nadie, absolutamente nadie de Jethro Tull o algún allegado, colega, amigo, relativo, ejecutivo de su discográfica estuvo allí para recoger el premio.