Tener estilo o no tenerlo, llevar pantalones largos en un escenario o preferir salir en “shorts”. Lemmy Kilmister tenía claro que esto último no podía ser y le aconsejó por su bien al guitarrista de Motörhead, Phil Campbell, que se abstuviese de salir en pantalones cortos a tocar.
Lemmy Kilmister: recomendaciones
Consejo que tuvo un efecto duradero en Campbell y que ahora ha recordado en una edición del podcast Australian Rock Show cuando le preguntaron si recordaba algunas sabias palabras del difunto líder del grupo.
“Supongo que las cosas se te pegan sólo durante un período de tiempo, pero cuando me uní a Motörhead dijo una cosa: ‘Mira, Phil, confío en ti al cien por cien musicalmente. Tocas lo que sientes que es correcto. Pero no uses pantalones cortos en el escenario”.
“Porque creo que Brian Robertson (ex guitarrista de Motörhead) tocó en pantalones cortos en algunos conciertos antes que yo”.
Campbell apostilla:
“Creo que Lemmy dijo: “No estafes a los fans, y que ellos obtengan tu valor por su dinero”, lo cual siempre es cierto. Lemmy era un tipo con los pies en la tierra que simplemente tocaba fuerte”.
Es verdad lo de Robertson y los pantalones cortos: en escena, Lemmy los permitía fuera de ella, él mismo los llevaba. Fue una de las causas que dio con los huesos de Brian fuera de Motörhead.
Su estancia en el grupo fue breve, “Fast” Eddie Clarke los había dejado de sopetón en 1982 y Lemmy y Animal recurrieron al conflictivo escocés, ex guitarrista de Thin Lizzy, ex Wild Horses, y que en aquellos momentos buscaba ser lanzado en solitario.
Tuvieron muchos problemas con él: su habitual estado de extrema embriaguez -muchas veces antes de tocar- y que era un guitarrista lento para el ritmo endemoniado de Motörhead. También que no quería interpretar en directo los viejos éxitos del grupo, sólo los temas del único LP que grabó con ellos: “Another Perfect Day” (1983) para disgusto de los fans. Cuando se unió al grupo dejó claro que no podía tocar ciertas cosas de la banda, porque “ese no era él”. Lemmy inicialmente estuvo de acuerdo.
Pero lo que realmente irritó a la banda fue que tuvieran que compartir el escenario con un guitarrista que vestía pantalones cortos de satén y zapatos. Lo que en la práctica era mucho más inofensivo que los otros inconvenientes, es lo que no podían tolerar de ningún modo.
En 1983, Brian Robertson abandonaba la banda.