Bob Dylan había llegado a Nueva York a principios de 1961. Joan Báez ya había grabado y comenzado su ascenso al estrellato, y aunque tenían poco en común en sus antecedentes o sus enfoques musicales, se unieron de inmediato anímica y musicalmente.
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A Joan le gustaba mucho Bob y le insistió de cantar juntos en el escenario de vez en cuando. Un contrasta entre la voz nasal tosca de Bob y la seriedad de ella. Fue el inicio de un gran historia de amor que, según revelaciones posteriores de ambas partes, terminó sin mayores ceremonias .
En la primavera de 1965 Dylan decidió ir más allá de los confines del folk para convertirse en uno de los compositores e intérpretes de rock más célebres. Bob incluso la trató mal durante su famosa gira por Gran Bretaña.
Pero ella reconocía:
“Estaba loco por él. Éramos almas unidas y lo pasábamos de maravilla”,
Sus caminos se separaron a partir de ser una estrella en el rock. Dylan, por supuesto, se convirtió en una sensación, a menudo considerado el mejor compositor de la era del rock, mientras que Baez se limitó en gran medida a la música folclórica .
Todo se puede leer en las nuevas memorias de Joan Baez , tituladas “Diamonds & Rust”, como el título de su gran canción.
Cuando estaban más unidos que nunca:
