Tal día como hoy, en 1998, George Harrison anunciaba que estaba recibiendo quimioterapia para su cáncer de garganta, con garantías de que “no voy a morir por el momento“. Sucumbió a la enfermedad tres años después.
George Harrison aseguraba que estaba luchando contra el cáncer de garganta desde el verano pasado y estba ganando
“Todavía no voy a morir. Soy muy afortunado.”
George notó por primera vez un nudo en el cuello, mientras trabajaba en su mansión de 200 habitaciones en Henley, 35 millas al oeste de Londres. Vivía allí con su esposa, Olivia, de 47 años, y su hijo Dhani, de 19.
Se había sometido a una cirugía en agosto para extirpar el tumor. A esto le siguieron dos tempradas de radioterapia en el Royal Marsden Hospital, el principal centro de tratamiento de cáncer de Gran Bretaña.
Le echaba la culpa a fumar:
”Tengo cáncer solo por fumar. Dejé los cigarrillos hace muchos años, pero empecé de nuevo por un tiempo y luego paré en 1997. Por suerte para mí, descubrieron que este nódulo era más una advertencia que otra cosa. Hay muchos tipos diferentes de células cancerosas, y este era un tipo muy básico”.
En enero, fue a la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, para realizarse pruebas y le dijeron que el cáncer no había retornado.
“Regresé y me dieron el visto bueno definitivo: una ley de salud limpia”. A veces, si pronuncias la palabra ‘cáncer’, todos piensan automáticamente que terminará en desdicha, pero no siempre es así. Tuve mucha suerte porque ese cáncer no fue a ninguna parte”.
Pero a George, la batalla contra el cáncer, le hizo pensar en la fragilidad de la vida.
”Te recuerda que cualquier cosa puede pasar. Esa es la naturaleza de la vida”.
A principios de este mes, los tres Beatles sobrevivientes, George, Ringo Starr y Sir Paul McCartney, se reunieron por primera vez en años en un servicio conmemorativo en Londres para la esposa de Sir Paul, Linda, quien murió de cáncer de mama. Y con sentido del humor, proclamó George:
“Tal vez grabaré una canción llamada ‘Radiation Therapy’. ”