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La cantante y líder de Florence + The Machine ha hablado de sus problemas de alcoholismo y depresión, y ha dicho que un chubasquero le “salvó la vida” cuando fue víctima de un ataque nervioso.
Florence Welch se prepara ahora para el lanzamiento de su nuevo LP “How Big, How Blue, How Beautiful“, pero antes de hacer el disco atravesó un periodo caótico como consecuencia de la ruptura de una relación que le llevó a retirarse un año de la música.
La cantante le ha dicho a The Sunday Times que hay verdaderamente un camino hacia abajo, del cual puede ser difícil salir.
“Tengo un terapeuta, ella me conoce desde hace años. Ella ayudó a mi hermana pequeña también. Es tan racional, que es buena para mí, porque lo veo todo en extremos. Me dice: ‘¿No se tratará de llegar a un lugar más moderado?’.”
Y la terapia ha tenido sus frutos, desde entonces Florence lleva un año sin beber.
“Ese beber no venía de un lugar de diversión y alegría. Venía de un lugar de querer taparse y ocultar. Pero, si quisiera disfrutar bebiendo de nuevo, sería una elección… Estaba tan triste. Nunca estuve tan interesada en un vaso de vino, en un trago de tequila. Siempre era ese el resultado final”.
Florence ha reconocido haber pasado el tiempo “viviendo como un monje”, vistiendo sólo leggins y un chubasquero que robó en nochevieja en la fiesta de alguien.
“Me lo puse un año. Me salvó la vida. La ropa es para mí una manera de distraerme y no tenía nada. Quería tener menos identidad”.
“A medida que fui más famosa, mi reacción fue blanquearme las cejas, ponerme el pelo más rojo. Quería convertirme en una criatura de fantasía. Fue bueno porque me protegió. Pero me he pasado un año o dos desentrañando todas esas cosas.’.
“How Big, How Blue, How Beautiful“, el tercer y esperado nuevo álbum de Florence + The Machine, estará en las tiendas el 1 de junio.