Se contó Scott Gorham, ex guitarrista de Thin Lizzy, a la revista Ultimate Classic Rock, un raro, muy extraño, encuentro en un estudio de grabación entre Cliff Richard y la banda a finales de los 70.
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El momento incómodo se produjo en 1979, cuando Lizzy estaban acabando de grabar el álbum “Black Rose”, noveno LP de Lizzy, cuando Phil Lynott invitó a la estrella del pop y pionero del rock and roll británico a su estudio.
Richard, que tenía una imagen saludable desde que se convirtió en estrella a los 17 años en 1958, estaba grabando un disco en el estudio de el lado, y fue a topar con los drogotas de Thin Lizzy.
“Estábamos llegando al final del álbum, y Phil dice: “Sabes, Cliff está justo al lado. ¿Por qué no lo traemos aquí y vemos lo que piensa?”. Me había olvidado por completo de dos traficantes de drogas que teníamos ahí mismo, literalmente cortando las rayas de coca”.
Y lo que pasó es que Cliff Richard entró, saludó y hablo con ellos, pero en ningún momento miró a los dos dealers preparando las rayas de cocaína. Por supuesto se dio cuenta de que estaban ahí, se podía escuchar perfectamente el ruido que hacían, pero mentalmente los eliminó. Miró a todas partes menos a ellos, hablo con todo el mundo menos con ellos.
Gorham define la situación como extraña, incómoda, surrealista, pero lo cuenta riéndose. Dice que Richard es un gran chico y gran cristiano, y que ellos no, pero que unos y otros, todos, eran músicos al fin y al cabo. Eso sí, que “no podían mirar lo que pasaba junto a Cliff”, en referencia a los dos camellos.
Este es el vídeo.