Dos de las principales figuras de la década y más allá, Bob Dylan y Eric Clapton, se convirtieron en dioses en sus respectivos oficios: Bob Dylan, el mejor creador de palabras y Eric Clapton, el genio de la guitarra. Aquí esas dos fuerzas se combinan para una interpretación especial del último número de blues de la leyenda del blues Robert Johnson, ‘Crossroads’, que popularizaron Cream en el mundo.
Bob Dylan: recomendaciones
La espectacular actuación tuvo lugar en 1999 en uno de los eventos benéficos de estrellas de Clapton que celebra cada año para apoyar su clínica de rehabilitación en Antigua llamada Crossroads.
Por lo general, el elenco de los conciertos está formado por leyendas de la guitarra, artistas como Bo Diddley y Carlos Santana, pero en el evento inaugural el viejo amigo del Dios de la guitarra, Bob Dylan, se unió a Clapton para interpretar una serie de canciones especiales.
Una de las cosas más difíciles de hacer para cualquier artista mientras aparece como invitado en el concierto de otra persona es seguir un tema importante. Para Clapton y sus fans quizás no haya canción más grande que ‘Layla’. Fue después de este tema gigantesco que Clapton recibió a Dylan en el escenario con bastante indiferencia.
El dúo primero rindió homenaje al catálogo de Dylan con una serie de versiones clásicas que incluyen ‘Don’t Think Twice It’s All Right’ y ‘It’s Not Dark Yet’ antes de terminar con su tributo al legendario Robert Johnson con una interpretación de su canción. y el título del beneficio, ‘Crossroads’.
El tema se ha convertido en parte de la vibrante mitología de Robert Johnson, ya que hace referencia al lugar donde supuestamente vendió su alma al diablo a cambio de sus sorprendentes y amplios talentos musicales, que, según los rumores, parecieron aparecer de la noche a la mañana.
La canción siempre ha tenido un lugar especial en el corazón de Eric Clapton, una vez que la seleccionó como parte de sus Discos de la isla desierta , y le da todo a la interpretación permitiendo que tanto él como Dylan florezcan. Aquellos que asistieron al evento en 1999 disfrutaron de una explosión del pasado, del presente y, todavía podemos asegurarles, del futuro.
2 comentarios
Maravilloso
Es raro ver a Dylan risueño, se ve que disfrutó el rato de lo lindo