Ha llegado el último single de Billie Eilish. Naturalmente, producida por su hermano Finneas . Le acompaña un video musical despreocupado, casi frívolo. El tema se llama “Therefore I Am” .
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Y dice la letra:
“Saca mi bonito nombre de tu boca.No quiero presionar para poner tu nombre junto al mío, estamos en líneas diferentes”.
La canción es un bodrio , de principio final, con una base monótoma y la voz con el auto-tune, puesto a que la voz sea más grave. Es horrible. Sin melodía, sólo una frase como si fuera un “riff”. Sin gusto alguno.
Si esta es la gran promesa, la música pop en los Estados Unidos está más finiquitada que Trump.
Quizá es la decadencia del país , muerto a base de pizzas y hamburguesas. Auto dirigido a la sobre alimentación y al infarto.
Billie otra vez se esfuerza en demostrarnos que le importa unas narices en aparecer como una gorda impresentable , que su mayor logro en engullir dulces. Quizá para convertirse en la nueva Mama Cass. Pero aquella cantaba como los mismos ángeles. Esta no canta ni un pito.
Metido en una mediocridad absolutamente impresionante, intelectual y social.
En el video musical Billie explora un centro comercial vacío de la Glendale Galleria , en Los Angeles. después de horas mientras vibra con su último sencillo. Coge pretzels de un puesto abandonado y salta al mostrador para agarrar una rosquilla de otro. Al final, los guardias de seguridad la ahuyentan, pero no antes de tomar unas patatas fritas, una limonada y una bolsa de patatas fritas.Justo para engordar más de lo que está.
El horrible tema , sin fuste ninguno, llega pocos días después de que el éxito de Eilish de 2019, “Bad Guy”, alcanzara los mil millones de visitas en YouTube ,
Eilish interpretará “Therefore I Am” por primera vez en los American Music Awards el domingo 22 de noviembre , en pleno despliegue promocional.
Un comentario
No es que la canción sea mala o malísima, es que no es una canción. Y el video barato y cutre, muy cutre, como ella. Qué espanto de tema, de artista, de montaje visual… Vomitivo.