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El primer fin de semana del festival quedó finiquitado con “Heart Of Glass”, el single de 1978 que fue el mayor éxito de toda la carrera de Blondie.
Deborah Harry apareció en el escenario de Arcade Fire acompañada por Regine Chassagne, que hizo dúo con la cantante original de Blondie. Sin duda eso fue lo peor de la versión de los canadienses, las voces femeninas, musicalmente casi asusta lo bien que suena el “Heart Of Glass” de Arcade Fire, impecable.
Y cuando llega la línea “We coulda made it cruising, yeah” Deborah le soltó al público un sonoro: “Cruise on, motherfuckers!”
Y llegado un punto la unieron a “Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)”, el corte décimoquinto de “The Suburbs”, una canción precisamente muy Blondie que también recuerda a Sadistic Mika Band (grupo japonés con cantante femenina que teloneó a Roxy Music en una gira por UK a mitad de los años 70).
Coachella es uno de los muchos festivales que empezaron siendo indies, para pasar a convertirse en una de las principales atracciones de la música en vivo de EEUU. Arcade Fire hicieron un buen repaso a lo más granado de su carrera. Entre otras, sonaron “Flashbulb Eyes”, “Rebellion (Lies)”, “The Suburbs” y, por supuesto su aclamada “Reflektor”.
El final llegó con una versión de “Wake Up”, acompañados por la Preservation Hall Jazz Band.
Esta no es la primera vez Arcade Fire han tenido un invitado en escena durante su gira Reflektor. A principios de abril el líder de Strokes, Julian Casablancas, acompañó a Arcade Fire en un concierto en Argentina en el que además se puso la máscara de Win Butler (su cabezón de muñeco de papel maché).
Las cabezas gigantes se han convertido en un elemento básico en show en vivo de la banda canadiense: Durante un concierto reciente en Austin, el grupo estrenó cabezas nuevas: la del presidente de Estados Unidos, Obama y la del gobernador de Texas, Rick Perry. Antes, un ladrón desconocido robó la máscara del miembro del grupo Richard Reed Parry tras de una actuación en Bridgeport, Connecticut.
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