
Tal día como hoy , el 10 de marzo de 1988, hace ya la friolera de 33 años, el hermano más pequeño de los Bee Gees ,es decir, Andy Gibb moría en el hospital John Radclife Hospital de Oxford. Su muerte fue causada por una miocarditis , una gran inflamación del corazón. Era el resultado de una larga batalla con la adicción a la cocaína, que había matado a su corazón.
Seis años antes, en marzo de 1982, Victoria Principal, el amor de su vida, le dijo a Andy que no podía soportarle y que no le quería ver más. La malas lenguas hicieron entender que Victoria se había hartado del “niñato” y prefería a su cirujano plástico y “proveedor” Harry Glassman.
Andy no reaccionó. Pasó tres días borracho a punto de un coma etílico y su corazón se iba deteriorando por la presión de la cocaína. El ritmo cardiaco de su vida se aceleró hasta un grado insoportable.
En su encendida huida con el polvo blanco, Andy comenzó a participar en series de televisión esperpénticas, como Solid Gold o uno de los últimos shows de Bob Hope. En uno de ellos llegó a perder el sentido y trasladado a un hospital barato de Los Angeles.
Fue entonces cuando su madre Barbara decidió volver a entrar en la vida de su hijo Andy, que sólo tenía 26 años y más bien se asemejaba a una especie de piltrafa humana, exageradamente delgado, tibio de cabeza y perdido en un desierto de ideas.

Con el dinero de su hermano Barry y la atención de su madre, Andy ingresó en el centro de rehabilitación Betty Ford en la primavera de 1985. Casi se pasó dos años entrando y saliendo del centro. Al parecer, la segunda rehabilitación hizo efecto y detuvo la hemorragia de los mil dólares al día que gastaba Andy en drogas. Dos años antes de morir, tenía tan sólo 7.755 dólares en su cuenta. La misma cuenta en que había tenido su primer millón de dólares con tan sólo 21 años.
LOS ÚLTIMOS DÍAS
Barry Gibb me contó que en aquellos días, el verdadero problema de su hermano ya no eran ni el alcohol ni las drogas, sino que simplemente, no sabía como funcionaba la vida, no tenía ninguna perspectiva de cómo encararla o siquiera defenderse de ella.
Más tarde, Barry convenció a Chris Blackwell de Island para le firmara a Andy un nuevo contrato discográfico. Chris era muy buen amigo de Robert Stigwood, el manager principal de los Bee Gees, que ya no quería seguir invirtiendo en las perversiones de Andy.
Blackwell quiso que Andy trabajara en Londres. Esta vez, Robin le puso a su disposición la casa que tenía en Chancery, en Oxfordshire. No se puede demostrar, pero es muy posible que el 5 de marzo, el día en que cumplía 30 años, Andy volviera a las andadas.
Cuatro días después, Andy se retorcía de dolores en el pecho. Su madre se asustó y llamó a un ambulancia. Andy ingresó aquella misma tarde en el John Radclife Hospital de Oxford.
Andy protestó cuando le dijeron que su madre no podía quedarse esa noche con él en el hospital, porque las normas no lo permitían. Sobre las ocho de la mañana del día siguiente, el doctor dijo que necesitaba más análisis de sangre. Andy no protestó, pero al ver como le sacaban sangre perdió la conciencia.
Momentos después dejó de existir. Había muerto a causa de una pericarditis, provocada por una infección viral, que dada la precaria fortaleza de corazón fue definitiva.
Días después su cuerpo voló a Los Angeles y enterrado en el Forest Lawn de Hollywood, el mismo cementerio de Michael Jackson. Testigos presenciales en la ceremonia vieron como los hermanos Gibb prohibieron la entrada al coche de Victoria Principal.
https://youtu.be/2tEwOsw914E