Adele cumple hoy 28 años, pero hace 23 años, el psiquiatra inglés John Sloboda demostró con 20 alumnos que hay determinados elementos en la música que producen sensaciones de tristeza, melancolía o, simplemente, conducen al cerebro a un estado de lo que el doctor llama felicidad cerebral.
Adele: recomendaciones
Otro psiquiatra, el doctor Guhn, demostró, que la canción de Adele ‘Someone like you’, como el ‘Trío para piano’ de Mendelssohn y y el ‘Adagio’ de Barber, producían en sus alumnos los mismos síntomas de los que padecen un ‘tear jerker’. La música que te hace llorar.
La autora de la letra y la cantante de ‘Someone like you’ se llama Adele Laurie Blue Adkins, de 24 años y 100 kilos, nacida en Londres, casada y con un hijo. Adele ya puede considerarse una delicada porcelana victoriana.
Adele ha vendido más de 80 millones de discos con tan sólo tres álbumes, titulados ’19’ y ’21’ y “25”. Ostenta el récord de ser la artista número uno en los dos últimos años de la industria discográfica mundial y la primera en ganar un Oscar músical, con tan sólo 24 años. Precisamente, con el tema del cincuentenario de James Bond, ‘Skyfall’, que no es precisamente la mejor canción del 007, tras las obras maestras que escribió el gran John Barry.
Su vida
Pero, ¿quién es realmente Adele? ¿Qué misterio encierra la muñeca victoriana? Una mujer que jamás explotará su sexualidad, que no adelgazará hasta que sea un problema crónico de salud, a la que no le gustan los gimnasios, que idolatra las hamburguesas y los discos de Etta James porque le cambiaron su manera de pensar de la vida.
En un mundo musical que se precipita sobre una explotación del sexo con artistas como Rihanna o Ke$ha, Adele representa la asexualidad, la pura y limpia riqueza artística. Aunque Adele llegó admitir que le gustaría tener sexo con Rihanna. Que no le importaría ser lesbiana por culpa de ella. Y cuando fue portada de la revista ‘Vogue’, llegó a decir que podía repensar su sexualidad, pero cree que su mejor opción es declararse mujer en su mayúsculo término de la palabra. Asume amar a los hombres, aunque le peguen o le hagan daño sentimental. Pero también se puede sentir ‘gay’ en cualquier momento.
Se desespera cuando acusan a su marido, Simon Konecki, de ser bisexual. Contesta con el apoyo de la preciosa hija de seis años que su marido tuvo con su anterior esposa, Clary Fisher. Dicen que fue un amigo abandonado por Simon el que soltó un video porno con Adele haciendo sexo en un coche. Aunque, en realidad, era un amante de Adele, el músico Silinki Sunbeam, miembro de su banda. Y no se veía casi nada. Luego dijeron que era falso, que la chica no era Adele.
Desgraciada en el amor
Adele siempre se ha considerado, simplemente, una desgraciada en el amor. Pongamos por caso la letra de su primer e impresionante éxito, ‘Chasing Pavements’, en la que describe la decepción que tuvo con uno de sus novios, un amor de seis meses y cómo llegó a descubrir que era homosexual. A los pocos minutos de enterarse, grabó la letra en un móvil.
Adele puede padecer un complejo edípico, algo ‘freudiano’, por ser una mujer que odia a muerte a su padre por haberle abandonado con tres años. Su madre, Penny Adkins, que era estudiante, tuvo que ponerse a trabajar de lo que fuera. Hasta de criada. Para Adele, su madre ha sido su verdadero ángel, su vida, su icono, como una divinidad griega. Tal vez por eso, le ha comprado una casa espléndida en el centro de Londres. Al fontanero de profesión Mark Evans, a su padre, siempre lo ha rechazado. No quiere ni verle.
Cuando sólo tenía 14 años, con sus amigos del colegio entró en una tienda de discos His Master Voice -ahora van a cerrarlas todas- y se encontraron con una promoción de discos de jazz, dos por el precio de uno. Adele, con el dinero que le había dado su mamá, se compró un disco de Ella Fitzgerald y otro de Etta James. A partir de ese descubrimiento, tan sólo ha tratado de repetirlas, de vocalizar, de guiarse por sus fraseos vocales.
Escuela de canto
Poco después, entraba a estudiar en una Escuela de Canto, en Croydon, al sur de Londres. Podía aprender a cantar, utilizar equipo y material gratis y con un buen equipo de sonido. Cuatro meses después de su graduación, gracias a un amigo, publicaba en Myspace tres canciones que había grabado para un proyecto para la clase de composición. Le pareció increíble , pero le ofrecieron un contrato discográfico con tan sólo 18 años. A los pocos meses grababa su primer album , titulado ’19’, los años que tenía cuando lo grabó.
Así que desde el año 2008, pongamos la radio que pongamos, probablemente estarán radiando una canción de Adele. Estoy seguro también de que si hubiera vida en Marte, también una estación de radio marciana estaría poniendo ‘Rolling in the deep’ o ‘Rolling in the deep fried chicken’ , como la llama la humorista Joan Rivers. Los americanos son muy crueles con su propia obesidad.
Adele, con su voz de contralto sedosa, posee las acrobáticas escalas de Ella Fitzgerald, la pasión enfática de Etta James y el maravilloso control rítmico de Roberta Flack. Las tres cantante son negras. Pero Adele es blanca. Me decía un crítico que por fín, por primera vez, los americanos habían encontrado a una blanca que realmente canta como una negra, con ese sentimiento infinito, esa extraña e intensa emoción que penetra en tu cerebro y produce los mismos efectos gratificantes de una buena comida, un sexo delicioso o el placer de las drogas.