El discurso de Jefferson Airplane tenía que ver con la paz, el amor y también con la contestación anti establishment y anti guerra de la contracultura hippie. Desde luego, las vibraciones de su concierto del 21 de agosto de 1972, hace 50 años, en el Rubber Bowl en Akron, Ohio, tendieron mucho más a lo segundo que a lo primero.
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Una multitud de aproximadamente 20.000 fans llenó el estadio ese día, pero el problema estalló entre los cientos más que estaban fuera del lugar, viendo el espectáculo de forma gratuita desde una colina. A medida que el día se convertía en noche, los fans sin entrada, muchos de ellos bebidos o drogados, comenzaron a acosar a los policías que servían como seguridad del concierto.
John Cunningham, teniente de policía en 1972, le contó al Akron Beacon Journal: “Nos golpeaban con piedras, botellas, piedras y cualquier otra cosa que pudieran arrojar”.
La policía respondió a los fanáticos ruidosos disparando botes de gas lacrimógeno. Según un asistente al concierto:
“Antes de que nos diéramos cuenta, todo el infierno estalló. Era una pequeña zona de guerra. Había policías y adolescentes peleando por todas partes: a puñetazos, lanzando piedras, con cualquier cosa que la gente pudiera tener para lanzar”.
Dentro del estadio, Jefferson Airplane se sumó al caos. Desde el escenario, la cantante Grace Slick animó a los chavales a que se rebelaban contra la policía, al parecer gritando cosas como “atrapad a los cerdos” o “luchad contra el establishment”.
Slick recordó en su autobiografía “Somebody To Love“.
“La policía sabía que nos acordábamos de Kent State y no confiaban en nosotros. En frente del escenario había una fila de 25 oficiales, con los brazos entrelazados en estilo motín, creando una barrera. Con sus cabezas cubiertas con visores a prueba de balas, sus caderas cargadas con garrotes y pistolas, formaron una línea entre la audiencia y nosotros como un extraño grupo de coristas peludas y con armadura”.
Los disturbios continuaron hasta aproximadamente las 11:30 de la noche cuando llegó una amenaza de bomba a la oficina del Rubber Bowl. La policía canceló el espectáculo, lo que enfureció aún más a la multitud.
A medida que se seguía habiendo puñetazos y llovían proyectiles, los miembros de Jefferson Airplane también se involucraron. Chick Casady, mánager de equipo de la banda y hermano del bajista de Jack Casady, intervino cuando la policía se estaba poniendo dura con un fan.
“Los vi apalear a Chick, así que me acerqué y me opuse al trato que le estaban dando a mi amigo”, recordó Slick.
“Me machacaron. Paul [Kantner, guitarrista y cantante] se acercó para objetar el trato que me daban. Sacudieron a Paul. Los tres fuimos escoltados a la cárcel donde se fijó la fianza y llamaron a los abogados para que rectificaran la situación”.
En total, 25 fans fueron arrestados esa noche, nueve oficiales resultaron heridos y 12 coches policiales resultaron dañados en el tumulto.
Slick, Kantner y Casady fueron acusados de agredir a un oficial, pero finalmente se declararon culpables de un cargo menor. El trío pagó una pequeña multa y prometió comportarse lo mejor posible cada vez que visitaran Ohio.
Los organizadores, Belkin Productions, decidieron no hacer más conciertos al Rubber Bowl el siguiente verano.
Décadas más tarde, Slick admitió que ella y sus compañeros de banda nunca se sintieron cómodos con las autoridades, especialmente con la policía.
“No sé por qué, pero cada vez que veía una insignia, algo en mí se rompía. Todo lo que pude ver fue un tonto que cagó mal como todos los demás, teniendo la ventaja injusta de la potencia del fuego”.