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Otra muerte de un cartelista indispensable de la era psicodélica, en este caso Bonnie MacLean, conocida por los carteles que diseñó para los conciertos en el Fillmore del promotor Bill Graham, que falleció el 4 de febrero a los 80 años.
Su muerte se ha producido dos semanas después de la de Wes Wilson, un artista más reconocido y con mucha más obra. Sorprendentemente, MacLean creó solo 32 carteles, la mayoría en 1967, y terminó su afiliación al famoso local en 1971. Sin embargo, el material promocional que produjo para conciertos de The Doors, Jefferson Airplane, The Who, Pink Floyd o Donovan, entre otros, llegó a ser muy apreciado y altamente coleccionable.
MacLean consiguió el trabajo después de que el artista anterior del Fillmore, precisamente Wes Wilson, renunciara al puesto tras un desacuerdo con Graham. No sólo eso, sino que se casó con Graham en 1967 y tuvieron un hijo, David, antes de separarse en 1971 y divorciarse cuatro años después.
La artista nacida en Filadelfia regresó a Pensilvania, ciudad en la que se había graduado, y se acabó casando con el artista Jacques Fabert en 1981. Pasó la mayor parte de su carrera pintando desnudos.
Según explica Paste, el estilo de MacLean incursionó en el expresionismo de los libros de cuentos, con mujeres parecidas a las hadas y representaciones místicas de pavos reales.
“Su estilo es definitivo entre las obras de otros cartelistas del momento, con un capricho claro y talentoso detrás de cada uno”.
Classic Posters ha escrito: “el póster creado por Bonnie MacLean para promover conciertos de música en directo de los 60 y 70, fechas de clubes y eventos legendarios es uno de los más coleccionables de la época”.
Según la propia autora:
“El éxito de los carteles a lo largo de los años me sorprendió. Sabía que alguna gente los coleccionaba en esos días, pero no sabía que llegaría a las alturas que tiene. Mis carteles están en museos de todo el mundo ahora, es increíble “.
A lo largo de su carrera, MacLean desdeñó el uso del diseño por ordenador, argumentando que no era una forma de producción “confiable”.
“Ciertamente no es trabajo manual. Creo que el trabajo manual debe mantenerse vivo. Es algo que la gente se inclina a hacer de forma natural, es algo que los humanos tenemos ganas de hacer. Siempre lo ha sido, todavía lo es”.